Mostramos el renovado aspecto de la marca conservera Frutarium sobre sus productos, de Conservas Calanda. Para el desarrollo de este trabajo el punto de partida fué cambiar el posicionamiento general de los productos de la marca, pasando de un posicionamiento tipo «marca de bajo coste» a un posicionamiento intermedio entre marca lider y marca gourmet. Esta decisión se tomó tras evaluar el mercado y la competencia directa que rodea a Frutarium; se comprobó que productos de una calidad igual o inferior estaban utilizando códigos de comunicación muy cercanos a los conceptos «gourmet», por lo que la decisión y el planteamiento fué claro… utilizar las mismas «herramientas». Uno de los puntos fuertes en el desarrollo del proyecto, fué encontrar una solución simple a un problema de etiquetado de un excelente producto, se trata del envase en formato más grande (que mostramos a continuación). Este envase, que como tal es muy «agradecido» para el producto que contiene y trasmite muy bien los mensajes de lo que representa, tiene un grave problema de etiquetado. Se plantearon varias opciones, y se seleccionó la más sencilla, simple y sensata… la utilización de un cartoncillo, que rodea todo el envase, y que permite ver la totalidad de la forma del mismo y el producto que contiene, sin dejar de comunicar los objetivos prefijados anteriormente, y permitiendo al usuario final de obtener, una vez consumido el producto, un bonito envase para su reutilización.